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En el ámbito de la salud, la pregunta persiste: ¿Por qué limitamos el movimiento cuando se diagnostica una condición en lugar de adaptarlo? La evidencia abunda en cuanto a la importancia del movimiento para el correcto funcionamiento de todos los sistemas del cuerpo. Entonces, ¿por qué seguimos limitando el movimiento cuando más lo necesitan los pacientes?Un ejemplo destacado es el caso de los pacientes con cáncer. Numerosos estudios respaldan la práctica de ejercicio, tanto aeróbico como de resistencia muscular, para mejorar la prognosis, tolerancia al tratamiento, tasa de supervivencia y manejo de síntomas. Durante la quimioterapia, mantener la masa muscular es esencial para contrarrestar la fatiga y la toxicidad del medicamento, facilitando así que los pacientes completen sus tratamientos.Además, algunos tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia, pueden causar una pérdida significativa de densidad ósea, aumentando el riesgo de fracturas (Schmitz, K. H., 2021). Es aquí donde el ejercicio de resistencia muscular desempeña un papel crucial en la prevención de caídas, dado que los pacientes con cáncer tienen un 20% más de riesgo de caídas que sus pares saludables (Schmitz, K. H., 2021).El ejercicio aeróbico también ha demostrado ser un protector cardiaco contra los efectos tóxicos de la quimioterapia. Una capacidad cardiorrespiratoria alta se correlaciona positivamente con una menor estadía hospitalaria, lo que mejora la prognosis del paciente. Además, en el contexto de la inmunoterapia, estudios sugieren que el ejercicio puede aumentar la efectividad del tratamiento al promover la movilización de glóbulos blancos, un efecto que se produce después del ejercicio.Entonces, ¿por qué seguimos limitando el movimiento en lugar de adaptarlo y modificarlo? Es una interrogante que merece nuestra atención. Afortunadamente, los estudios recientes sobre ejercicio oncológico están explorando enfoques más adaptativos, como la periodización basada en los ciclos de quimioterapia. Esta estrategia dosifica la intensidad del ejercicio y aumenta la adherencia a los programas de ejercicio, evitando la sobrecarga y adaptando la intensidad a las necesidades individuales de los pacientes.Es esencial considerar a cada paciente de manera individual, analizando su nivel de actividad física previo al diagnóstico y el actual para determinar su capacidad de mantener un estilo de vida activo. Adaptar el entrenamiento y los ejercicios en función de las necesidades particulares de cada paciente es fundamental en la búsqueda de una mejor calidad de vida y una mayor efectividad del tratamiento.Establecer canales de referido hacia profesionales del ejercicio debidamente capacitados para trabajar con estos pacientes de manera segura es esencial. Esto permite promover un enfoque multidisciplinario, integrando el conocimiento y la experiencia de diferentes especialistas en el cuidado de la salud.Es hora de reconsiderar nuestra aproximación al movimiento en el ámbito de la salud. En lugar de limitarlo, debemos adaptarlo y ajustarlo para aprovechar al máximo sus beneficios en el bienestar y la recuperación de los pacientes.ReferenciaSchmitz, K. H. (2021). Exercise Oncology: Prescribing Physical Activity Before and After a Cancer Diagnosis (1st ed. 2020 ed.). Springer.

¿Por qué restringimos el movimiento en lugar de adaptarlo?

Eileen Rodríguez, MS, CSPS, CMES, CES, CCET, EIM, DRD-CPT Fisióloga del EjercicioEn la actualidad, las cifras relacionadas con la obesidad y la inactividad física en Puerto Rico generan gran preocupación. Según un reciente estudio publicado en El Nuevo Día, el 68.3% de los jóvenes adultos entre 18 y 54 años, y el 73% de los adultos de 55 a 64 años, presentan sobrepeso u obesidad en la isla. A pesar de la fatiga ante estas estadísticas anuales, como promotora de la actividad física, reconozco la importancia de estos datos. ¿Por qué?La obesidad y la falta de actividad física son un factor de riesgo para diversas enfermedades crónicas. En 2017, el 45% de los jóvenes adultos en Puerto Rico tenían hipertensión, y la cifra se elevaba al 73% en adultos mayores. En 2023, esta situación apenas ha cambiado. Aunque es un hecho que podemos controlar la presión arterial con tratamientos médicos, es importante saber que la hipertensión abre la puerta a condiciones de salud graves como enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares, condiciones de alto riesgo para esta población. Por otra parte, los diagnósticos de cáncer en Puerto Rico continúan en aumento. Cánceres como el de mama, próstata y colorrectal son comunes. Sin embargo, según la Sociedad Americana contra el Cáncer, el 42% de los casos de cáncer son prevenibles, y el 18% está relacionado con factores de estilo de vida como nutrición, inactividad física y obesidad.Como si fuera poco el panorama se complica más al considerar que el envejecimiento poblacional a nivel mundial ha incrementado. Lo que contribuye al desarrollo de condiciones relacionadas con la edad, como el deterioro cognitivo. En Puerto Rico, aproximadamente 30,000 personas padecen de Parkinson y 60,000 Alzheimer, según el Departamento de Salud.Ante estas cifras, surge una pregunta fundamental: ¿Por qué el sector de la salud no aboga más por la integración del ejercicio como parte esencial del tratamiento? ¿Están los profesionales del fitness y el ejercicio listos para trabajar con estas poblaciones?En la actualidad, existe una brecha significativa, principalmente debido al desconocimiento. Estudios demuestran que, cuando los proveedores de salud recomiendan el ejercicio, hay más posibilidades de que los pacientes inicien programas de ejercicio. Sin embargo, la mayoría de los profesionales de la salud desconocen las pautas de actividad física. Además, hay escasez de profesionales del fitness y el ejercicio capacitados para atender a estos pacientes en gimnasios, ya que el enfoque "talla única" no es efectivo para lograr que estos pacientes se adhieran a programas de ejercicio.¿Qué podemos hacer al respecto? En primer lugar, la educación es clave. Un estudio en Italia reveló que solo el 50% de los estudiantes de kinesiología conocía las pautas de actividad física para pacientes con cáncer y solo el 22 al 24% se sentía preparado para trabajar con ellos. Sin embargo, los graduados en Actividad Física para la Prevención mostraron más confianza y conocimiento. Lo que sugiere que las instituciones educativas que forman profesionales del fitness y el ejercicio deberían integrar cursos dirigidos para atender poblaciones especiales.Es indispensable diversificar y enriquecer el currículo educativo mediante la incorporación de especializaciones y prácticas enfocadas en poblaciones especiales. Este enfoque no solo asegura la disponibilidad de programas de entrenamiento físico diseñados de manera precisa y adecuada, sino que también propicia un aumento en los niveles de actividad física y ejercicio entre los individuos pertenecientes a esos grupos particulares. &nbsp;Además, facilitaría la inclusión del ejercicio como componente integral en el tratamiento médico de los pacientes generando la iniciativa de que los proveedores de salud orienten y refieran a los pacientes hacia profesionales del ejercicio. <figure id="figure-p3wv8gojltlnwbxcbn"><img id="p3wv8gojltlnwbxcbn" src="https://cdn.durable.co/blocks/2e6RUNkvcGVgoX8Wsm7TAITRZzArpyJEsffWkVL8x91EOEBH7Jga73t1vyQXwTEm.jpg" alt="" class="object-cover bg-gray-100 rounded-2xl md:rounded-3xl lg:rounded-4xl" style="aspect-ratio: 16/9; object-position: center center;" data-corners="default" data-aspect="16:9" data-caption="" data-positionx="null" data-positiony="null" data-mce-src="https://cdn.durable.co/blocks/2e6RUNkvcGVgoX8Wsm7TAITRZzArpyJEsffWkVL8x91EOEBH7Jga73t1vyQXwTEm.jpg" data-mce-style="aspect-ratio: 16/9; object-position: center center;"></figure> ReferenciasAmerican Cancer Society. Cancer Updates | News from The American Cancer Society. (n.d.). <a href="https://www.cancer.org/cancer/latest-news/cancer-updates.html?q=statistics" data-mce-href="https://www.cancer.org/cancer/latest-news/cancer-updates.html?q=statistics">https://www.cancer.org/cancer/latest-news/cancer-updates.html?q=statistics</a>Avancini, A., Marini, C. F., Sperduti, I., Natalucci, V., Borsati, A., Pilotto, S., Cerulli, C., Barbieri, E., Lucertini, F., Lanza, M., Parisi, A., Grazioli, E., &amp; Di Blasio, A. (2022). Kinesiology Students’ Perception Regarding Exercise Oncology: A Cross-Sectional Study. International Journal of Environmental Research and Public Health, 19(13), 7724. <a href="https://doi.org/10.3390/ijerph19137724" data-mce-href="https://doi.org/10.3390/ijerph19137724">https://doi.org/10.3390/ijerph19137724</a>Maldonado, C. L. (2023, March 6). Cáncer en Puerto Rico: Un vistazo al enemigo. El Nuevo Día.Nieves, V. T. (2022, March 5). Enfermedades cardíacas: la causa principal de muertes en Puerto Rico. El Nuevo Día.

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