Importancia del Entrenamiento Físico en la Función Cardiovascular de Pacientes con Cáncer de Mama Bajo Terapia Endocrina
En el mes de octubre hablamos de deteccion temprana y prevención pero tambien debemos hablar sobre la importancia en la mejora de la calidad de vida de las y los pacientes.

¿Por qué es importante?
Las sobrevivientes de cáncer de mama , especialmente aquellas que reciben terapia endocrina como los inhibidores de aromatasa, enfrentan un mayor riesgo de desarrollar complicaciones cardiovasculares. Este aumento en el riesgo se debe, en gran parte, a la reducción drástica del estrógeno, una hormona que protege la integridad y función de los vasos sanguíneos. El estrógeno ayuda a mantener la elasticidad vascular, favorece la producción de óxido nítrico y reduce la rigidez arterial, mecanismos que en conjunto disminuyen el riesgo de eventos cardiovasculares.
Por otro lado, el ejercicio sigue siendo una de las herramientas más efectivas para preservar la salud vascular y la función cardiovascular. Décadas de investigación han demostrado su capacidad para reducir la rigidez arterial, mejorar la función endotelial en individuos hipertensos y optimizar el rendimiento cardiovascular. Pero surge una pregunta importante: ¿Puede el ejercicio contrarrestar los efectos vasculares de la terapia con inhibidores de aromatasa en mujeres posmenopáusicas?
¿Qué hizo el estudio?
Un estudio reciente publicado en Cancer Medicine por Mayr et al. (2022) exploró esta pregunta al evaluar los efectos de un programa de entrenamiento físico supervisado de seis meses en mujeres posmenopáusicas con cáncer de mama que recibían terapia con inhibidores de aromatasa.
Las participantes fueron divididas en dos grupos:
- Grupo de entrenamiento supervisado: Realizó entrenamiento por intervalos de alta intensidad (HIIT) y ejercicios de resistencia para todo el cuerpo dos veces por semana bajo supervisión profesional.
- Grupo educativo: Recibió material general sobre ejercicio y actividad física, pero sin supervisión ni programa estructurado.
- Los investigadores evaluaron la capacidad de ejercicio y la función endotelial para determinar los cambios cardiovasculares a lo largo del tiempo.
¿Qué encontró el estudio?
Los resultados fueron reveladores. Las participantes del grupo de ejercicio supervisado mostraron mejoras significativas en la capacidad de ejercicio durante los primeros seis meses de intervención en comparación con el grupo educativo. Sin embargo, una vez que terminó la supervisión, la capacidad de ejercicio disminuyó tras seis meses adicionales, lo que indica que la supervisión constante es clave para mantener los progresos.
Curiosamente, a pesar de las mejoras en la capacidad física, no se observaron cambios significativos en la función endotelial. Este hallazgo sugiere que, aunque el ejercicio no revierta directamente los cambios vasculares asociados a la disminución del estrógeno, sí desempeña un papel fundamental en la eficiencia cardiovascular y la reducción del riesgo a largo plazo.
Mejorar la capacidad de ejercicio está lejos de ser algo menor: refleja una mejor utilización del oxígeno, un mayor retorno venoso y un aumento del volumen sistólico, factores que reducen la carga de trabajo del corazón y favorecen la salud vascular. Además, el ejercicio regular promueve la vasodilatación y el remodelado microvascular, procesos esenciales para mantener la regulación del flujo sanguíneo y contrarrestar el daño endotelial.

¿Qué significa esto para las pacientes?
El mensaje es claro:
1. El ejercicio sigue siendo una piedra angular en la recuperación y supervivencia del cáncer, incluso cuando las mejoras en los marcadores vasculares son limitadas.
2. La supervisión importa. La capacidad de ejercicio mejora con programas estructurados y supervisados, pero tiende a disminuir cuando la guía profesional termina.
3. Supervisar no solo implica seguridad. También garantiza progresión, adherencia y resultados sostenibles.
En pacientes oncológicos , donde la fatiga y los efectos secundarios del tratamiento suelen provocar abandono de los programas, la supervisión profesional y la prescripción individualizada del ejercicio son esenciales. La capacidad funcional es un poderoso predictor de spbrevivencia, y mantenerla puede marcar una diferencia significativa en la calidad de vida y la salud a largo plazo.
Conclusión final
El ejercicio es medicina, pero solo cuando se prescribe, se guía y se realiza con propósito. En mujeres bajo terapia endocrina, mantener la aptitud cardiovascular puede ser una de las formas más efectivas de proteger el corazón mientras se combate el cáncer. Los programas supervisados no solo hacen el ejercicio más seguro; lo hacen sostenible y transformador.
Sobre BreastStrong en FITT Studio

BreastStrong es el programa especializado de FITT Studio para mujeres diagnosticadas con cáncer de mama o en proceso de recuperación. Cada programa está científicamente estructurado y supervisado por fisiólogos del ejercicio, garantizando seguridad, progresión y resultados medibles durante el tratamiento y la supervivencia.
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Porque el ejercicio en pacientes con cáncer no se trata solo de moverse, sino de sanar con estructura y propósito.
Referencia APA 7:
Mayr, T., Wiskemann, J., Schmidt, M. E., Ulrich, C. M., & Steindorf, K. (2022). Effects of a six-month supervised exercise program on endothelial function and exercise capacity in postmenopausal breast cancer patients receiving aromatase inhibitor therapy: A randomized controlled trial. Cancer Medicine, 11(23), 4478–4489. https://doi.org/10.1002/cam4.4758